Comunicación sesgada

Comunicación sesgada. Cuestión de perspectiva

¿La comunicación debería transmitir información pura y dura? ¿El punto de vista de quien comunica debería reservarse para los artículos de opinión, que fijan el posicionamiento de esa persona sobre un tema determinado?

Seguramente debería ser así, pero todo el mundo sabe que ninguna noticia es neutra, imparcial. La adscripción a ciertos valores, ideales, creencias, el propio estilo del periodista y del medio en que o para el que este trabaja determinan la inclinación que el contenido tendrá en su forma de expresarlo.

Y aún más allá: la manipulación (en el sentido menos peyorativo del término) de los contenidos permite enfatizar unos y minimizar otros, de manera que la interpretación del destinatario de la noticia puede variar diametralmente.

El poder de la libre interpretación

Una noticia reciente comentaba que para cierta nueva carrera universitaria se acumulaban 10 solicitudes por plaza ofrecida. La noticia parecía querer dar a entender que había mucha demanda, pero en ningún momento mencionaba el número de plazas disponibles. Sin ese dato el sentido de la noticia queda a la libre interpretación de quien la lee/escucha, pudiendo tener un carácter positivo si se ofrecían, por ejemplo, 250 plazas, o negativa si se ofrecían 10.

El sesgo en la información puede “lograr” que una misma noticia redactada por dos medios distintos de forma mediatizada para causar en cada caso un determinado efecto o impacto, sea interpretada de forma incluso opuesta por sus respectivos destinatarios. De hecho, esto es lo que sucede cada día en todos los periódicos, informativos de TV, de radio, internet, etc.

Cada cual cree poseer la verdad

Al final, como nadie está en posesión de la verdad absoluta, y todo es cada vez más relativo, los ciudadanos acabamos formándonos nuestra propia opinión sobre todos los temas y sucesos de la vida diaria, sin saber, a ciencia cierta, hasta dónde la información que consumimos refleja realmente los hechos acontecidos. Por eso los Medios, aunque son llamados “el cuarto poder”, son, en el fondo, el primero, porque los otros tres necesitan de ellos para comunicar y conseguir su visibilidad.

Y por mucho que nos pese y que creamos que Internet ha democratizado el poder de la comunicación, seguimos reproduciendo el modelo de mediatización y manipulación de todo lo que se escribe.

Ante este panorama, una persona con cierta inquietud, cultura y sentido común, debería tratar de informarse de lo que acontece en su entorno y en el mundo por varios medios de distinto signo político, procedencia, influencia… Difícil porque el tiempo es un bien escaso, pero recomendable para formarse una idea lo más plural y poliédrica de las cosas y, a la hora de opinar, evitar los posicionamientos miopes e inflexibles. Al final cobra todo su sentido aquel dicho que decía:

“En este mundo traidor,

nada es verdad ni mentira;

todo es según del color

del cristal con que se mira”.

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