el trabajo invisible

El trabajo invisible que no siempre se valora

En la relación entre Agencia y Cliente hay aspectos que este último no siempre aprecia, o mejor dicho, de los que probablemente no sea consciente. Estos aspectos, que se traducen en muchas horas de dedicación y trabajo, a veces son difíciles de justificar y de traducir en valor económico.

Cuando el Cliente pasa un proyecto a la Agencia, esta valora todo lo necesario para llevarlo a cabo: recursos económicos y humanos, materiales, desplazamientos, colaboración con otros proveedores o profesionales, etc., y todo esto se refleja en una cotización o presupuesto a valorar por el Cliente.

Esas horas difíciles de incluir en la factura

A menudo el trabajo de la Agencia implica muchas horas que, aunque lógicamente deben aparecer en la factura, no se entienden fácilmente por parte del Cliente.

Un buen ejemplo es lo que pasa con los “gadgets” o artículos de merchandising. El Cliente tiene un evento y quiere regalar algo diferente y especial, algo que sorprenda a sus invitados (hoy en día en que todos tenemos de todo). A partir de ahí la Agencia pone en marcha el engranaje, moviendo cielo y tierra para ofrecer en un tiempo récord (porque habitualmente el encargo es urgente) varias propuestas, con un precio por unidad que comprende el marcaje del logo en el artículo (todo un apartado en sí mismo cuando consideramos las pantallas, coste por color, técnicas de marcaje o impresión, tamaño y posición del marcaje…), las manipulaciones, los portes, etc., y obviamente, el tiempo y esfuerzo dedicados. Y cuando el Cliente ve lo que le cuesta el gadget, empieza la sesión de zoco marroquí, con sus regateos y demás, que a veces incluyen una contrapropuesta del propio Cliente con ese mismo gadget que ha visto en internet a mitad de precio.

En otro ejemplo, cuando hay que crear un logotipo, hay un trabajo previo y complejo de recopilación de información (de la propia empresa, de sus objetivos, de la competencia, etc.), un tiempo de generación de ideas, otro tiempo para plasmar esas ideas, dibujar, preparar bocetos, trabajar con colores y grafismos, etc. Y en una sola cifra se ha de condensar todo ese esfuerzo. Es importante explicar los procesos a nuestros clientes, para que no imaginen que el briefing se pasa al diseñador y, tal cual, él/ella hace unos dibujos o copia de internet algunos logos y los retoca para que no se vean iguales.

En la dedicación exclusiva reside el auténtico valor de la Agencia

Las agencias de marketing y comunicación, las de publicidad, las de relaciones públicas, etc., tienen muchos clientes o cuentas, y todos y cada uno precisan de un trato totalmente personal e individualizado, como no podría ser de otra manera.

Esa dedicación en exclusiva, con tiempos y personas 100% implicadas en cada proyecto del Cliente, representa el verdadero valor que la Agencia ofrece al mismo, y, para este, debería ser el concepto más valioso. Porque durante ese tiempo la Agencia concentra todo su potencial en resolver y ayudar de la mejor manera posible y con la máxima eficiencia y eficacia al Cliente en sus necesidades.

Por eso es labor de nosotros las agencias informar, educar y concienciar a nuestros clientes del valor y del coste de esta dedicación.

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