Hacerlo bien y hacerlo saber
La expresión “hacerlo bien y hacerlo saber” define mejor que ninguna otra la misión de las Relaciones Públicas (RRPP), aparte de ser un concepto crucial para la comunicación en las organizaciones.
El axioma combina dos ideas: “hacer” y “decir”, siendo fundamental el primero, que implica el cumplimiento de los objetivos de la empresa a través de actividades que reflejan una ética, unos valores, una estrategia, y se concretan en productos y servicios que deben ofrecer beneficios a los usuarios que los adquieren.
En esta base se sustenta lo que se va a “decir”, comunicando con diferentes públicos, tanto internos como externos, y a través de diversos medios. Como en un iceberg, el 90% consiste en hacerlo bien y el 10% restante en darlo a conocer.
Las Relaciones Públicas son la clave para responder a preguntas como:
-. Qué hacer para que la gente me escuche, para que sepa quién soy.
-. Cómo comunicar aquello que hago mejor que mi competencia.
-. Qué hacer cuando se presenta una situación de crisis o conflicto.
-. Cómo mejorar mi imagen como empresa y potenciar sus valores, su cultura.
Estas cuestiones y muchas otras se resuelven mediante acciones de RRPP, una alternativa accesible para todo tipo de empresas, desde multinacionales hasta pymes. Además, debido a que la reputación de una empresa la genera su realidad corporativa, no la comunicación por muy eficaz que esta sea, estas acciones tienen carácter estratégico, ya que condicionan la forma en que la empresa se presenta en el mercado, en la sociedad, y cuando se manejan correctamente afectan positivamente a la toma de decisiones, proporcionando resultados beneficiosos en los ámbitos interno y externo de las empresas.
Coherencia entre decir y hacer
En el bachillerato yo tenía un profesor que nos conminaba a la acción repitiéndonos con frecuencia su axioma “lo digo y lo hago”. Él se refería a la necesidad de actuar, de no quedarnos solo en el deseo. Asimismo, en el entorno de las RRPP, la coherencia entre lo dicho y lo hecho es fundamental. Nuestros actos comunican, hablan por nosotros, pero también lo que no decimos o no hacemos, de modo que mostrar coherencia entre todas estas situaciones (lo dicho y lo hecho, lo no-dicho y no-hecho) es la forma óptima de cumplir las expectativas del público y merecer su credibilidad y confianza. La confianza se construye gracias a la credibilidad, y la credibilidad se basa en hechos concretos.
Hoy la confianza se considera un valor estratégico, con potencial para proporcionar ventaja competitiva fuerte y sostenible en el tiempo, algo más necesario que nunca en una época en la que las organizaciones adolecen de crisis de credibilidad.
Una carrera de fondo
La diferencia entre las Relaciones Públicas y otras disciplinas del campo de la comunicación estriba en su capacidad para implementar estrategias a corto, medio y largo plazo que dan como resultado la solución a cuestiones/problemas internos y externos de las empresas. Los profesionales de las RRPP, a diferencia de los periodistas, no informan (o no únicamente), sino que ejercen su influencia. El objetivo es explicar con el fin de convencer, a diferencia de la publicidad, que es directa e interpreta.
El profesional de las RRPP es un “facilitador de contenidos”: trabaja la información de modo que se produzca una comunicación. Esto implica dar a las RRPP un nuevo rol más allá de las meras comunicaciones integradas en el marketing, pasando a generar una visión holística que vincula las RRPP con la función directiva. Como consecuencia de todo ello, las entidades confieren cada vez más valor a esta función, convirtiéndose en un poder fáctico.
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